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El Cerebro Reptiliano en la publicidad

El cerebro reptiliano, en este sentido, representa aquel cerebro primitivo que cumple con la función de hacernos actuar por instinto hacia la supervivencia.

El cerebro reptiliano. Con el paso del tiempo, se han ido sumando en el cerebro humano, ciertas mejoras que han permitido que este se adapte a los cambios por los que el ser humano ha tenido que pasar desde su evolución para sobrevivir como especie.

A partir de esto, se ha podido comprobar que nuestro cerebro actualmente es 3 veces superior al de los primates, razón por la cual tenemos incorporados tres tipos de cerebros. En este artículo, solo hablaremos de uno en especial, aquel que muchas veces nos hace actuar de manera inconsciente, siendo especial de conocer para aquel que se dedicará a la publicidad. ¿Ya sabes de cual de estos cerebros estamos hablando? Si, es el cerebro reptiliano.

¿Qué es el cerebro reptiliano?

Debido a la evolución, nuestro cerebro ha sufrido bastantes cambios a lo largo de los más de 250 millones de años, adquiriendo funciones y habilidades cada vez más complejas. El cerebro reptiliano, en este sentido, representa aquel cerebro primitivo que compartíamos con otros mamíferos y reptiles, cumpliendo así con la función de hacernos actuar por instinto hacia la supervivencia.

Por ende, el cerebro reptiliano, conocido también como complejo R o complejo reptílico, se encarga de poner en acción nuestras funciones más básicas como, por ejemplo: reaccionar cuando estamos en peligro de algo o generar dependencias hacia algo sin ninguna explicación. 

Cabe resaltar que también lleva a cabo algunas otras conductas muy importantes e involuntarias como la respiración, presión sanguínea, equilibrio y demás.

La importancia del cerebro reptiliano para la aplicación de mensajes publicitarios

Para la publicidad, es importante persuadir al público usando mensajes que, en su mayoría, logren transmitir sensaciones que motiven inconscientemente la adquisición del producto o servicio. En cuanto a esto, es importante saber utilizar dichos mensajes para estimular la ‘necesidad’ en el espectador. Esto con el objetivo de lograr que el cerebro conocido como «reptiliano» actúe haciéndole pensar a la persona que, si no compra ahora, no podrá hacerlo nunca más, lo cual lo pone en estado de riesgo.

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